Lizbeth Bravo González*.
A lo largo de los años Costa Rica se ha reinventado y explorando gran cantidad de áreas no convencionales de hacer turismo, que le han brindado la posibilidad de recibir diferentes perfiles de viajeros que visitan el país, satisfacer sus intereses y necesidades. Sin embargo hay aún segmentos dónde queda potencial y que es importante fortalecer y desarrollar técnicas que dinamicen este tipo de turismo, con el fin de ampliar a Costa Rica en visión de ser un destino de sol y playa únicamente, de la mano con producto que explore las opciones donde se aprecie la riqueza cultural y gastronómica del territorio nacional como valor agregado.
Cada vez más la industria turística se inclina por especializar y diversificar su oferta, por ende el turismo Gastronómico es una opción bastante recurrente en muchos países que han logrado promocionar sus destinos desde la cuchara, no está demás, mencionar que muchas veces este se consume combinado con otros tipos de turismo como lo son rural comunitario, el turismo cultural, sostenible, agropecuario o agro-ecológico, eco-turismo, turismo de salud y de bienestar, educativo entre otros. (Oliveira, 2011).
Un aspecto importante, para una apropiada potenciación del turismo Gastronómico en el país es contar con un adecuado conocimiento del público al cual está dirigido este producto. Es por esto que como menciona Oliveira (2011) se debe diferenciar estrictamente al turista que se alimenta por necesidades fisiológicas al turista que “viaja por comer” este último es el público que se busca atraer cuando de turismo Gastronómico costarricense se refiere. Este incluye dentro de su itinerario paradas o tiempos estratégicos para degustar o tener un contacto directo con el carácter culinario de los lugares a visitar, conociendo el origen de los ingredientes y sus contextos socioculturales.
Es fundamental tener presente que el concepto de turismo Gastronómico es muy amplio y muchas veces las personas tienen la percepción errónea de que es únicamente comer, sin embargo este puede estar relacionado a diferentes actividades las cuales son requeridas importancia para ofrecer un producto del disfrute y agrado del turista contando una historia completa. Este tipo de turismo es mayoritariamente practicado en restaurantes, sin embargo es posible su práctica en ferias gastronómicas y el entorno rural.
Es importante considerar, además de estas variables, que actualmente en el país hay gran manera de disfrutar de este turismo, ya que cada vez más lugares ofrecen al visitante un tipo de producto turístico dónde se muestra no solo un producto, sino todo el proceso y logística que está detrás de este, algunos ejemplos son los que se efectúan con la Denominación de Origen del café de Tarrazú, que además de adquirir todo el conocimiento que está detrás de una taza de café, se efectúa su respectiva degustación y contextualización social.
A pesar de que poco a poco este tema se ha ido popularizando, es importante valorar que Costa Rica posee una gran capacidad gastronómica gracias a su gran variedad de suelos y productos que se encuentran en el territorio nacional a los que se les puede sacar un provecho eco-turístico, actualmente en el país ya se realizan, además del tour del café, por ejemplo, tours de chocolate, de queso, de fresas entre otros.
Costa Rica es un país que cuenta con gran variedad de etnias y culturas, cada una de estas con aspectos que las destacan y diferencian del resto incluyendo saberes y sabores. Es por eso que dentro del territorio nacional se encuentran numerosas diferencias gastronómicas, las que pueden convertirse en una fuente importante de atracción para el turista tanto nacional como extranjero y el fortalecimiento de segmentos tradicionales incorporando valor agregado a la cadena de valor.
Lizbeth Bravo González es estudiante de IV Año de la Carrera Bachillerato en Turismo Ecológico, Recinto de Paraíso, Sede del Atlántico, Universidad de Costa Rica.